Una vez terminada la carrera de Derecho y después de haberme visto involucrado en diversos proyectos, decidí ligar mi carrera profesional al ejercicio del derecho.
Tras cursar un MBA con especialización en finanzas en el IEB y un Master de Práctica Jurídica en la Universidad Carlos III, estuve 6 meses en un despacho de abogados y, posteriormente, decidí incorporarme al despacho de mi padre. Era febrero de 2011, hace casi 6 años ya y mucho ha llovido desde entonces.
El despacho, por aquellos tiempos, actuaba en sus partidos históricos de siempre. Esos en los que mi padre y mi tío hicieron en su día tantos kilómetros, se dejaron tantas horas de su juventud y consiguieron, con mucho esfuerzo y mucha exigencia, tener un despacho importante con un volumen envidiable de asuntos.
Esos partidos, eran “únicamente”: San Lorenzo de El Escorial, Collado Villalba, Majadahonda y Pozuelo de Alarcón. Para cubrir los mismos, había una estructura montada de grandes profesionales que ya llevaban muchos años trabajando juntos, como una máquina bien engrasada.
Gracias a la confianza de nuestros clientes y de los más de 5.000 abogados con los que trabajamos, hemos podido ir haciendo una ampliación comedida y controlada de los partidos judiciales donde ejercer. Con la incorporación de mi hermana y de más personal, hemos podido acometer el reto de actuar en toda la Comunidad de Madrid dando el mismo servicio que en su día daban mi padre y mi tío desde su despacho sito en San Lorenzo de El Escorial.
Ese mismo nivel de exigencia, esa forma de entender la procura, se sigue aplicando a día de hoy en el despacho. Y ello a pesar de que actualmente trabajemos en toda la Comunidad de Madrid, con sus 21 partidos judiciales. Sin embargo, todo se hace directamente desde el despacho y a través de nuestro personal. Sin intermediarios ni sustituciones, yendo diariamente a los partidos judiciales, dando así un servicio directo e inmediato a nuestros clientes.
Además de la ampliación del despacho en los diferentes partidos judiciales donde ejercer, existe otro objetivo que había que acometer. Y éste no es otro que la modernización del despacho, algo que a día de hoy seguimos teniendo como meta, habida cuenta de los constantes cambios informáticos y de programas a los que nos enfrentamos cada día. En la medida de lo posible, conseguimos entre todos modernizar la operativa y la actividad diaria del despacho y, sobre todo, buscar la máxima eficiencia en beneficio de nuestros abogados y clientes.
Seguiremos trabajando cada día por mejorar nuestro despacho, por buscar la excelencia y la calidad en nuestros servicios, siempre en beneficio de nuestros clientes. Confiando en que la procura se mantenga vigente, siendo un elemento fundamental dentro de nuestro ordenamiento jurídico.